Ese sentimiento que siento al escucharlos.
Ese que se abre camino en mi pecho y aprisiona mi corazón
Ese que pide a gritos justicia.
Buscamos una razón,un motivo para no llorar, pero es inutil.
La impotencia es grande, impotencia al no poder hacer nada para callarlos y detenerlos, detenerlos de lo que están cometiendo.
Ellos no saben lo que se siente estar en mi lugar, no saben lo que se siente tener que aplacar tu furia y deseos solo por el bien común.
Pero al pasar los granos de arena ese sentimiento se calma, pero ¡oh! No desaparece, no lo hará, seguirá allà esperándo una razón o un motivo para despertar.
Y cuando lo haga, se verán sumergidos en este pantano oscuro cubierto de mis pensamientos.