Aprovecho éste efÃmero instante de lucidez para clamar por ayuda, escribiendo éstas palabras desde lo mas profundo del oscuro pozo que ahora es mi adormecida mente; luchando por conservar ese pequeño lazo de cordura que me ata a la realidad. Siento como mi espÃritu es absorbido por la gran masa palpitante que se encuentra bajo mis pies, un monstruo que poco a poco me corróe y devora mi ser, convirtiéndome en nada más que un cascarón vacÃo que se mueve solo por impulsos externos y automáticos, dispuesto a unirse a ese tropél de cuerpos sin almas controlados por parásitos, existiendo pero sin vivir.
Steven Eusse