Como delicada sintonÃa sus candentes labios encendieron mi alma y tuvieron la pericia de detener el tiempo; tengo la certeza de que no la veré de nuevo, pero su recuerdo yace en mi memoria, el lento roce que me hiela la piel y me hace perder entre fantasÃa y realidad. El umbrál de tus labios, la increible tentación.
Steven Eusse